Infección de orina sin síntomas en mujeres
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ToggleTe haces un análisis de orina rutinario en un reconocimiento médico y, sin esperarlo, te dicen que tienes una infección. Pero tú no sientes nada raro. ¿Cómo es posible tener una infección de orina sin síntomas?
Esto, que parece un contrasentido, es más común de lo que parece y tiene nombre propio: bacteriuria asintomática. Afecta sobre todo a mujeres, y aunque suene preocupante, en muchos casos no requiere tratamiento. Aquí te explicamos por qué ocurre, cuándo hay que prestarle atención y qué recomiendan los especialistas.
¿Qué es una infección de orina sin síntomas?
La bacteriuria asintomática es la presencia de bacterias en la orina en cantidades elevadas (más de 100.000 unidades formadoras de colonias por mililitro), sin que la persona tenga los síntomas típicos de una infección urinaria: ni escozor, ni urgencia, ni molestias al orinar.
En mujeres, esto puede descubrirse por sorpresa al realizar un análisis de orina por otro motivo, como un chequeo médico, un control de embarazo o una revisión por otro problema de salud.
Esta situación no es lo mismo que una cistitis común. En la cistitis, el cuerpo reacciona con inflamación y síntomas. En la bacteriuria asintomática, el cuerpo y las bacterias parecen convivir sin generar alarma. Y eso es importante: no todas las bacterias en la orina deben tratarse.
¿Hay que tratarla siempre?
Aquí viene lo que muchas mujeres quieren saber: si tengo una infección de orina sin síntomas, ¿necesito antibiótico?
Según la Asociación Europea de Urología (EAU, 2024) y el protocolo de la Asociación Española de Urología (2022), la respuesta es clara: no se debe tratar, salvo en casos concretos.
¿Cuándo sí se trata?
- Durante el embarazo, ya que puede aumentar el riesgo de complicaciones como pielonefritis o parto prematuro.
- Antes de procedimientos urológicos invasivos, donde la presencia de bacterias puede generar infecciones graves.
- En algunas personas con trasplante renal reciente o sistemas inmunitarios muy debilitados.
¿Y cuándo no?
- En mujeres sanas, sin síntomas y sin embarazo, no está indicado el tratamiento.
- En personas mayores institucionalizadas o con sonda vesical permanente, solo se trata si hay síntomas clínicos claros.
Tratar sin necesidad puede parecer una medida de precaución, pero conlleva riesgos: resistencias bacterianas, efectos secundarios de los antibióticos y alteración de la microbiota vaginal e intestinal.
¿Cómo se detecta si no hay síntomas?
La única forma de saber que hay bacterias en la orina sin síntomas es mediante un urocultivo. Este análisis se solicita a veces como parte de controles rutinarios, en embarazadas o en personas con factores de riesgo.
Un resultado positivo en urocultivo no siempre significa que hay que actuar. Los médicos valoran el contexto: ¿hay fiebre, malestar, antecedentes de infecciones de tracto urinario? ¿Está la persona embarazada o con alguna condición especial?
Si no hay síntomas, ni factores de riesgo que justifiquen tratamiento, lo más probable es que se opte por no hacer nada. Solo en embarazadas se recomienda tratar, incluso si no hay molestias.
¿Y si vuelve a ocurrirme?
Si ya te ha pasado una vez y no estás embarazada ni dentro de los casos especiales, no es motivo para alarmarte. Muchas mujeres tienen episodios de bacteriuria asintomática en algún momento, especialmente si usan sondas, tienen diabetes o son mayores.
Para mantener una buena salud urinaria puedes:
- Aumentar tu ingesta de agua diaria.
- No aguantar las ganas de orinar.
- Usar ropa interior de algodón.
- Mantener una higiene íntima adecuada, sin productos agresivos.
- Limpiar la zona íntima de delante hacia atrás.
Además, puedes usar suplementos para infecciones urinarias naturales que ayudan a mantener el equilibrio urinario, como la D-Manosa o complementos con probióticos. En este sentido, Urocran puede ser un buen aliado para el mantenimiento diario si tienes antecedentes de infecciones.
En resumen, la infección de orina sin síntomas en mujeres no siempre es un problema. Saber cuándo es necesario actuar y cuándo no puede evitar tratamientos innecesarios y proteger tu salud a largo plazo. Si te has encontrado con esta situación, habla con tu profesional sanitario de confianza y, sobre todo, no te alarmes: tu cuerpo también sabe convivir en equilibrio.