Infección urinaria en niños. ¿Cómo identificarla?

¿Sabía que 1 de cada 10 niñas y 1 de cada 30 niños experimentará una infección urinaria antes de los 16 años?

Las infecciones del tracto urinario en la infancia representan una de las causas más frecuentes de consulta pediátrica, pero sus síntomas pueden ser difíciles de identificar, especialmente en los más pequeños que aún no pueden expresar con claridad lo que sienten.

La detección temprana de una infección de orina en niños resulta fundamental para prevenir complicaciones. Los síntomas pueden variar según la edad del menor, desde fiebre inexplicable en bebés hasta molestias más específicas en niños mayores, como la cistitis.

Este artículo proporcionará una guía completa para que los padres puedan identificar las señales de alerta, comprender los factores de riesgo y saber cuándo es necesario buscar atención médica inmediata.

Señales de alerta por edad

Los síntomas de una infección urinaria pueden manifestarse de manera diferente según la edad del niño, siendo más difíciles de identificar cuanto menor sea su edad.

Síntomas en bebés (0-12 meses)

En los recién nacidos y lactantes, los síntomas suelen ser inespecíficos y pueden confundirse con otras enfermedades. Entre 4-10% de los bebés con fiebre sin causa aparente presentan infecciones urinarias. Las manifestaciones más comunes incluyen:

  • Fiebre sin causa aparente
  • Irritabilidad y letargo
  • Rechazo a la alimentación
  • Vómitos o diarrea
  • Escasa ganancia de peso
  • Ictericia prolongada en recién nacidos

Signos en niños pequeños (1-5 años)

Los niños entre 1 y 5 años pueden presentar síntomas más específicos, aunque todavía pueden ser difíciles de identificar. Los lactantes y niños menores de 2 años suelen manifestar fiebre, síntomas digestivos y orina maloliente. Las señales más frecuentes son:

  • Fiebre alta (superior a 39°C)
  • Dolor abdominal
  • Orina turbia o maloliente
  • Necesidad frecuente de orinar
  • Irritabilidad o malestar general

Indicadores en niños mayores (6+ años)

A partir de los 6 años, los síntomas se asemejan más a los de los adultos, siendo más fáciles de identificar. En casos de infección en la vejiga (cistitis), los niños suelen experimentar dolor o ardor al orinar, necesidad frecuente y urgente de orinar, y dolor en la zona vesical.

Si la infección afecta a los riñones (pielonefritis), pueden presentarse síntomas adicionales como:

  • Fiebre alta con escalofríos
  • Dolor en el costado o espalda
  • Malestar general significativo
  • Náuseas y vómitos

Es importante destacar que cualquier niño puede desarrollar una infección grave en todo el cuerpo (sepsis) como consecuencia de una infección urinaria no tratada, por lo que la atención médica temprana es fundamental.

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Factores de riesgo principales

Existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar una infección urinaria en niños. Comprender estos factores es esencial para la prevención y el manejo adecuado de esta condición.

Causas anatómicas y genéticas

Las anomalías del tracto urinario representan uno de los principales factores de riesgo. Entre el 20% y 30% de los lactantes y niños entre 12 y 36 meses con infección urinaria presentan reflujo vesicoureteral. Este riesgo es particularmente significativo en:

  • Malformaciones congénitas del riñón
  • Reflujo vesicoureteral de alto grado
  • Alteraciones anatómicas que dificultan el flujo urinario
  • Fimosis en lactantes varones

Estudios recientes han identificado variaciones genéticas específicas que pueden predisponer a infecciones recurrentes, con cambios en las expresiones CXCR1 y TLR4.

Hábitos higiénicos inadecuados

La higiene inadecuada puede incrementar significativamente el riesgo de infección. Un estudio en Japón demostró que los niños con infección urinaria tenían una frecuencia significativamente menor de cambios de pañal (media 4.7 ± 1.4) comparado con niños sin infección (media 7.5 ± 1.4).

Los factores higiénicos críticos incluyen:

  • Técnica incorrecta de limpieza (especialmente en niñas)
  • Cambios poco frecuentes de pañal
  • Retención prolongada de orina
  • Estreñimiento no controlado

Condiciones médicas predisponentes

Ciertas condiciones médicas pueden aumentar la susceptibilidad a las infecciones urinarias. La recurrencia es frecuente, afectando al 15-20% de los casos, especialmente en el primer año tras el episodio inicial. Este porcentaje puede aumentar hasta 60-75% en casos con tres o más episodios previos.

Entre las condiciones médicas más relevantes se encuentran la vejiga neurógena, las concentraciones bajas de sustancias antibacterianas en la orina y la presencia de cálculos renales. La lactancia materna prolongada (más de seis meses) ha demostrado ser un factor protector.

Proceso de diagnóstico

El diagnóstico preciso de una infección urinaria requiere un proceso sistemático que comienza con la recolección adecuada de muestras.

Exámenes iniciales recomendados

La piedra angular del diagnóstico es el urocultivo, que debe realizarse siempre antes de iniciar cualquier tratamiento antibiótico. El método de recolección varía según la edad y capacidad del niño:

  • Niños continentes: Muestra de orina de chorro medio con higiene previa
  • Bebés y niños pequeños:
    • Sondaje vesical (método preferido)
    • Punción suprapúbica en casos específicos
    • Bolsa recolectora (solo para descarte inicial)

Pruebas complementarias necesarias

El análisis inicial de orina mediante tira reactiva puede detectar leucocitos y nitritos, aunque su sensibilidad es menor en niños menores de dos años. En estos casos, el examen microscópico de orina es más recomendable.

Para lactantes con fiebre y niños mayores con síntomas de pielonefritis, se recomienda realizar análisis de sangre para evaluar la función renal y detectar signos de infección bacteriana grave. En menores de 3 meses o casos con sospecha de sepsis, puede ser necesario un hemocultivo.

Interpretación de resultados

Los criterios para considerar un urocultivo positivo varían según el método de recolección:

  • Punción suprapúbica: cualquier recuento bacteriano es significativo
  • Sondaje vesical: ≥10,000 UFC/ml
  • Micción espontánea: ≥100,000 UFC/ml

La presencia combinada de nitritos y esterasa leucocitaria en la tira reactiva aumenta significativamente la probabilidad de infección, con un valor predictivo negativo del 96-100% cuando ambos son negativos. Los resultados deben interpretarse siempre en el contexto clínico del paciente.

Guía de acción para padres

La identificación temprana de una infección urinaria puede prevenir complicaciones graves. Los padres deben conocer las pautas específicas para actuar de manera oportuna.

Cuándo acudir al médico urgentemente

Los padres deben buscar atención médica inmediata si el niño presenta:

  • Fiebre superior a 39°C en niños de 3-12 meses
  • Fiebre superior a 38°C en bebés menores de 3 meses
  • Dolor severo en espalda o abdomen
  • Vómitos persistentes o dificultad para retener líquidos
  • Letargo o cambios significativos en el estado general

Qué información documentar

Para facilitar el diagnóstico, los padres deben registrar:

  • Patrones de fiebre: Duración, intensidad y respuesta a antipiréticos
  • Cambios en la micción: Frecuencia, dolor, color y olor
  • Historial médico relevante:
    • Episodios previos de infección urinaria
    • Antecedentes familiares de problemas renales
    • Malformaciones diagnosticadas prenatalmente

Cómo prepararse para la consulta

La preparación adecuada para la visita médica incluye:

  1. Documentación completa:
    • Registro de síntomas y su evolución
    • Lista de medicamentos administrados
    • Historial de cambios en la alimentación o hidratación
  2. Muestra de orina:
    • No administrar antibióticos antes de la recolección
    • Seguir las instrucciones específicas según la edad del niño
    • En bebés, esperar indicaciones del personal médico sobre el método de recolección

Es fundamental mantener la calma y seguir las recomendaciones médicas, especialmente en casos de fiebre persistente o síntomas que empeoren con el tiempo.

Conclusión

Las infecciones urinarias representan una preocupación significativa para la salud infantil, especialmente considerando su alta prevalencia y potenciales complicaciones. La identificación temprana de los síntomas, que varían según la edad del niño, resulta crucial para prevenir problemas más graves.

Los padres deben mantener especial atención a los factores de riesgo mencionados y establecer buenos hábitos higiénicos desde temprana edad. La documentación adecuada de los síntomas y el conocimiento de las señales de alarma permitirán tomar decisiones oportunas sobre cuándo buscar atención médica.

La clave para manejar exitosamente las infecciones urinarias en niños radica en la observación constante, el mantenimiento de buenas prácticas higiénicas y la comunicación efectiva con los profesionales de la salud. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado garantizarán la recuperación del pequeño y prevendrán complicaciones futuras.