Síndrome Genitourinario de la Menopausia (SGM)

El síndrome genitourinario de la menopausia (SGM) se refiere a un conjunto de cambios anatómicos y funcionales que afectan los órganos genitales y urinarios de las mujeres durante la transición a la menopausia y la posmenopausia. La disminución de los niveles de estrógeno impacta tanto el aparato genital femenino como el aparato urinario, alterando los tejidos y su funcionamiento. Estos cambios son consecuencia principalmente de la reducción de los niveles de estrógeno y el proceso de envejecimiento, y pueden afectar significativamente la calidad de vida de la mujer. Entre estos cambios se incluye la atrofia vulvovaginal.

¿Qué es el síndrome genitourinario de la menopausia?

El SGM es un término inclusivo que describe los múltiples cambios que ocurren en los genitales externos, los tejidos del suelo pélvico, la vejiga, la uretra de la mujer, y las secuelas sexuales debido a la pérdida de función sexual y libido causadas por el hipoestrogenismo durante la menopausia y la posmenopausia. La sequedad vaginal es uno de los síntomas comunes del SGM. Estos cambios también afectan al clítoris, que puede experimentar una disminución de sensibilidad y tamaño debido a la reducción de estrógenos.

Fisiopatología y cambios anatómicos

Los receptores estrogénicos están presentes en la vagina, el vestíbulo vulvar, la uretra, el trígono de la vejiga y las neuronas sensoriales autonómicas de la vagina y la vulva. La disminución de estrógenos, el hipoestrogenismo y otros esteroides sexuales afecta estos órganos, provocando cambios anatómicos y funcionales significativos que resultan en síntomas físicos en todos los tejidos genitourinarios.

Síntomas del SGM

Los principales síntomas asociados con este síndrome incluyen:

  • Atrofia vaginal: adelgazamiento y fragilidad de las paredes vaginales.

  • Disminución de la lubricación: sequedad vaginal.

  • Molestias vaginales: picazón, ardor y malestar.

  • Dispareunia: dolor durante las relaciones sexuales.

  • Infecciones urinarias recurrentes: mayor susceptibilidad a infecciones del tracto urinario.

  • Disuria: dolor o molestia al orinar.

  • Urgencia urinaria: necesidad imperiosa de orinar.

La sequedad e inflamación de las paredes vaginales se relacionan con la reducción de estrógeno en el cuerpo, provocando molestias y síntomas urinarios.

Tratamiento del SGM

Cremas de estrógenos

La aplicación vaginal y vulvar de cremas que contienen una pequeña cantidad de estrógenos es uno de los principales tratamientos tópicos para el SGM. Estas cremas actúan a nivel local y no tienen efectos secundarios significativos.

Láser vaginal

El láser vaginal es una terapia no hormonal que ha demostrado ser efectiva, sencilla, bien tolerada y sin efectos adversos para el tratamiento del SGM. Además, el láser vaginal se presenta como una alternativa a las terapias hormonales, ofreciendo beneficios similares sin los efectos secundarios asociados a las hormonas.

Ospemifeno

El Ospemifeno es un modulador selectivo de los receptores de estrógenos que actúa activando los receptores de estrógenos a nivel genital. No produce la activación de estrógenos en otros lugares como la mama, por lo que su uso es válido también para mujeres que no pueden usar terapia hormonal.

Otros tratamientos

Además de los tratamientos mencionados, existen otras opciones como los anillos vaginales con estrógenos y los dilatadores vaginales, que pueden ser útiles en el manejo del SGM. También se recomienda la hidratación adecuada y el uso de lubricantes durante las relaciones sexuales.

Impacto del SGM en la calidad de vida de la mujer

El SGM tiene un gran impacto en la salud sexual y la calidad de vida de las mujeres. El tratamiento del cáncer, como el cáncer de mama y el cáncer uroginecológico, puede inducir una menopausia precoz y afectar significativamente la calidad de vida. Los síntomas pueden variar en intensidad y gravedad, y algunas mujeres pueden ser asintomáticas. Sin embargo, incluso los síntomas leves pueden afectar la calidad de vida de una mujer y su funcionamiento diario.

Importancia de un diagnóstico y tratamiento adecuado

Es crucial que las mujeres con síntomas de SGM busquen ayuda médica y reciban un diagnóstico y tratamiento adecuados. Muchas veces, los síntomas del SGM se descartan como parte del envejecimiento normal y no se tratan adecuadamente. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la calidad de vida de las mujeres afectadas.

El rol del profesional de la salud en el manejo del SGM

El profesional de la salud juega un papel fundamental en el manejo del SGM. Es esencial que estén capacitados para identificar los síntomas del SGM y proporcionar un tratamiento adecuado. La empatía y la comunicación efectiva son clave para ayudar a las mujeres a entender su condición y las opciones de tratamiento disponibles.

Educación y conciencia sobre el SGM

Aumentar la conciencia y la educación sobre el SGM entre las mujeres y los profesionales de la salud es fundamental. Muchas mujeres no están conscientes de que los síntomas que están experimentando se deben al SGM y que existen tratamientos disponibles. La educación puede empoderar a las mujeres a buscar tratamiento y mejorar su calidad de vida.

Estrategias de manejo y tratamiento del SGM

El objetivo del manejo y tratamiento del SGM es aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de la mujer. Esto puede implicar una combinación de cambios en el estilo de vida, medicación, terapias no hormonales como el láser vaginal y, en algunos casos, terapias hormonales. Es importante un enfoque personalizado que tenga en cuenta las necesidades y preferencias individuales de cada mujer.

Consideraciones finales

El SGM es una condición común que afecta a muchas mujeres durante la transición a la menopausia y la posmenopausia. Aunque puede ser una experiencia desafiante, hay tratamientos efectivos disponibles que pueden ayudar a manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Es fundamental que las mujeres y los profesionales de la salud estén informados sobre el SGM y sus opciones de tratamiento para garantizar que las mujeres reciban la atención que necesitan. La educación continua, la investigación y el apoyo emocional son cruciales para abordar esta condición y mejorar el bienestar de las mujeres afectadas.